lunes, 28 de abril de 2008

Las otras vías para llegar a Dios , por Monseñor José Ignacio Munilla - Obispo de Palencia


Las otras vías para llegar a Dios por Mons. JOSÉ IGNACIO MUNILLA AGUIRRE - obispo de Palencia

El Catecismo de la Iglesia católica recoge la doctrina del Concilio Vaticano I, en la que se afirma la capacidad racional del hombre para conocer la existencia de Dios: “La santa Iglesia, nuestra Madre, mantiene y enseña que Dios, principio y fin de todas cosas, puede ser conocido con certeza mediante la luz natural de la razón humana a partir de las cosas creadas” (CIC 36). A esto añade el mismo Catecismo una constatación realista: son muchas las dificultades que en la práctica tenemos para llegar al conocimiento de Dios, mediante el ejercicio de la razón (Cf. CIC 37).

Esas dificultades, lejos de decrecer, en nuestros días han aumentado. En efecto, la cultura dominante no se caracteriza por la racionalidad, sino por el impacto visual, visceral, puntual y voluble.

En este contexto, los argumentos metafísicos con los que Santo Tomás de Aquino demostraba en el siglo XIII la existencia de Dios, sin haber dejado de ser verdaderos, están supeditados a la capacidad de raciocinio del hombre, que no siempre podemos dar por supuesta. Desgraciadamente, la filosofía occidental contemporánea ha renunciado mayoritariamente a plantearse las cuestiones fundamentales sobre la verdad objetiva y el sentido de la existencia, para reducirse al ámbito de la practicidad inmediata, ignorando los anhelos más profundos del hombre.

Juan Pablo II describía así en la encíclica Fides et Ratio la crisis de pensamiento del momento presente: “Tanto la fe como la razón se han empobrecido y debilitado una ante la otra. La razón, privada de la aportación de la Revelación, ha recorrido caminos secundarios que tienen el peligro de hacerle perder de vista su meta final. La fe, privada de la razón, ha subrayado el sentimiento y la experiencia, corriendo el riesgo de dejar de ser una propuesta universal.” (n. 48)

En este contexto, y sin dejar en el olvido la labor subsidiaria que la fe está llamada a desarrollar en el terreno de la reflexión filosófica, es necesario proponer al hombre de hoy otras vías de acceso a Dios, que, aunque sean menos concluyentes desde el punto de vista racional, frecuentemente serán más efectivas, supuestas las características de nuestra cultura. Por lo demás, las vías racionales del conocimiento de Dios, siempre estuvieron complementadas con estas otras “vías existenciales”. Proponemos brevemente algunas de ellas:



1.- El testimonio de los santos:

Las virtudes heroicas que el Espíritu Santo ha suscitado en los santos, maravillan y cuestionan a todos aquellos que buscan la verdad y están dispuestos a seguirla una vez encontrada. En la historia de la Iglesia hemos podido comprobar frecuentemente que el testimonio de los santos ha ganado más almas para Dios que la erudición de los sabios. Es verdad que no debemos oponer las vías racionales a las existenciales, pero tampoco conviene que olvidemos aquel refrán: "Las palabras -a lo sumo- convencen, pero el ejemplo arrastra".



2.- El grupo cristiano:

Es claro que Dios es “familia” y que tiene un estilo “comunitario”. Quiso revelarse a un pueblo, y está especialmente presente allí donde nos reunimos en su nombre. El encuentro con Dios no se suele producir caminando “por libre”. De hecho, es mucho más difícil encontrar la meta caminando en solitario.

Por el contrario, Dios sale al encuentro del hombre en su Iglesia, y con frecuencia lo hace a través de otras personas o del arropamiento de algún carisma concreto.



3.- El cultivo de la paz interior:

El estrés sofocante que comporta nuestro ritmo de vida, ha desarrollado una sensibilidad especial que valora sobremanera la paz interior. La Iglesia está llamada a cuidar espacios de silencio para el encuentro con Dios. Uno de los signos de los tiempos que observamos con sorpresa en estos momentos de intensa secularización, es la gran atracción que ejercen los monasterios contemplativos.

Sin embargo, conviene que hagamos una matización: mientras que en determinadas escuelas, la paz interior se oferta como una “técnica” para alcanzar un estado psicológico placentero; sin embargo, la Iglesia predica la fe cristiana, no precisamente como una técnica de relajación, sino como la “clave de sentido” de la que la paz interior es una mera consecuencia.



4.- El humanismo cristiano:

En nuestra cultura agnóstica, el hombre es presentado como la medida de todas las cosas. La existencia de Dios se pone en cuestión, ante la sospecha de que la fe pueda mermar la autonomía del hombre. Sin embargo, estos prejuicios caen por su propio peso, en la medida en que se demuestra la capacidad humanizadora del cristianismo. La Iglesia ha sido y es experta en humanidad, de forma que en su experiencia nos muestra a Cristo como la culminación de las aspiraciones de plenitud de la humanidad y como el camino práctico para verlas realizadas. La historia se ha encargado de demostrar que sin Dios no hay creencia auténtica en el hombre.



5.- La capacidad crítica ante los límites del agnosticismo:

No podemos menospreciar la “vía negativa” para llegar a Dios. En efecto, hay quienes llegan a Dios por exclusión (“Si Dios no existe, todo está permitido” Dostoiewski). La cruda experiencia de la degeneración moral en la que desemboca la secularización, ha permitido a muchos superar sus prejuicios ideológicos de partida, para abrirse al hecho religioso con disposición receptiva. Chesterton lo expresaba con gran agudeza: “Quitad lo sobrenatural, y no encontraréis lo natural, sino lo antinatural”.



En resumen, las tradicionales vías racionales para el conocimiento de Dios, son complementadas por tantas vías “existenciales” de las que el Señor se sirve para salir a nuestro encuentro. No en vano, Benedicto XVI afirmaba en una de sus catequesis sobre los Santos Padres, que el camino privilegiado para conocer a Dios es el amor. “No existe un auténtico conocimiento de Dios sin enamorarse de Él”.

sábado, 19 de abril de 2008

Tercer aniversario de la elección de Benedicto XVI


BENEDICTO XVI

19 de abril de 2005


Annuntio vobis gaudium magnum;
habemus Papam:

Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum,
Dominum Josephum
Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem Ratzinger
qui sibi nomen imposuit Benedictum XVI


¡FELICIDADES SANTO PADRE , QUE DIOS LE CONCEDA UN LARGO Y SANTO PONTIFICADO!

19 de Abril : Pascua hebrea




-Pascua Judia
Pésaj (en hebreo פֶּסַח)[Literalmente "saltear"] es la festividad judía que conmemora la salida del pueblo judío de Egipto, relatada en el libro bíblico del Éxodo.

El pueblo judío ve en el relato de la salida de Egipto como el hito que marca el nacimiento del pueblo como tal.

La festividad es uno de los tres Shloshet HaRegalim (Fiestas de Peregrinaje) del Judaísmo, ya que durante la época en que el Templo de Jerusalén existía, se acostumbraba a peregrinar al mismo y ofrecer ofrendas. (valga la redundancia)

La festividad dura siete días (ocho en la Diáspora), y durante la misma está prohibida la ingestión de alimentos derivados de cereales (trigo, cebada, centeno, avena y espelta) fermentados, llamados en hebreo Jametz (חמץ) (la raíz de la palabra indica "fermentación"). En su lugar, durante la festividad se acostumbra a comer Matzá (מצה), o pan ácimo. Según la tradición, el pueblo judío salió de Egipto con mucha prisa y sin tiempo de prepararse, por lo que no hubo tiempo para dejar leudar el pan para el camino, y de esta creencia deriva la prohibición de ingerir Jametz.

Durante la primera noche de la festividad (las dos primeras en la Diáspora) se acostumbra a llevar a cabo una tradicional cena, llamada "Séder" (סדר), durante la cual se relata la historia de la salida de Egipto. El origen del "Séder" podría trazarse hasta los simposios (banquetes) griegos, donde alrededor de una mesa de comida, y recostados en almohadones, se debatía toda la noche sobre algún tema determinado. Estos elementos se preservan en el ritual del Séder.

La festividad también recibe el nombre de Fiesta de la Primavera, ya que en el hemisferio Norte marca el inicio de dicha estación. Dado que en Israel las estaciones calurosas son las estaciones secas, a partir de Pésaj y hasta Sucot se acostumbra a rezar por el rocío, y no por la lluvia (oraciones que se reservan para el invierno).

La Pascua cristiana tiene sus orígenes en la festividad de Pésaj. De hecho es bastante probable que la Última Cena haya sido el tradicional Séder pascual. De hecho la hostia católica tiene su origen en la Matzá.

-La pascua cristiana

Origen y significado

La Pascua de Resurrección es la celebración cristiana que conmemora la resurrección de Jesucristo.

La fecha de celebración varía entre el 22 de marzo y el 25 de abril, ya que tiene lugar el domingo siguiente a la primera luna llena de primavera del hemisferio norte. Existe una fórmula que permite el cálculo de la fecha de Pascua. Sin embargo, debido a la diferencia de calendarios usados por la Iglesia Católica (calendario gregoriano) y las Iglesias Orientales (calendario juliano), la fecha de Pascua varía para cada Iglesia, y solo en algunas ocasiones logran coincidir, tal y como se aprecia en la tabla.

Los primeros cristianos —que eran judíos— celebraban la Pascua de Resurrección a la par cronológica que la Pascua judía. Pero desde el Concilio de Nicea los cristianos separaron la celebración de la Pascua judía de la cristiana, quitándole los elementos hebreos. Pero dejaron el carácter móvil de la fiesta recordando que Cristo resucitó en la Pascua hebrea. Hoy día la Iglesia Católica mantiene el carácter móvil de la fecha de Pascua, pero trata de no hacerla coincidir con el Pésaj judío.

Esta fiesta determina el calendario móvil de otras fiestas: así la Ascensión (el ascenso de Jesús al cielo) se celebra 40 días después y Pentecostés 10 días después de la Ascensión. La semana anterior a la Pascua de Resurrección es la Semana Santa, que comienza con el Domingo de Ramos (que conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén). La Octava de Pascua (popularmente conocida como "semana de Pascua") es la semana que sucede a este Domingo de Pascua (o Domingo de Resurrección).

A veces, el nombre Pascua se ha extendido a otras celebraciones cristianas, como Navidad (el nacimiento de Jesús) o Pentecostés (la venida del Espíritu Santo). Por ejemplo en Chile, el termino Pascua se aplica coloquialmente a la Navidad, mientras que a la Pascua se le llama "Pascua de resurrección".


Diferencias de fecha
Los 200 millones de cristianos ortodoxos del mundo utilizan un calendario diferente al de la iglesia católica romana y las iglesias evangélicas, razón por la cual la celebración es en una fecha distinta.

La celebración usualmente es acompañada de oraciones en las iglesias y cenas tradicionales con cordero, pero en algunas partes del mundo ortodoxo, a veces se celebra con fuegos artificiales e incluso disparos al aire.





-CELEBRACION DE LA PASCUA JUDIA

EL SIGNIFICADO DE LA PASCUA

Pascua (Pesaj) significa paso, el paso de la esclavitud a la libertad.

SACAR LA LEVADURA (Bedikat Jametz)

Antes de empezar la Pascua, toda la levadura, que es símbolo de pecado (I Cor. 5:6-8), debe ser quitada de la casa judía. Se limpia la casa de arriba a abajo sacando cualquier cosa que contenga levadura. Después, la noche antes de la Pascua, el padre de la casa toma las herramientas tradicionales de limpieza: una pluma, un cuchillo de madera y una bolsa y busca por toda la casa cualquier pedazo de levadura que halla sido olvidada

LAVAR LAS MANOS (Urjatz)

Una vez que la levadura es sacada, la familia se sienta alrededor de la mesa y ceremonialmente lava las manos con un aguamanil y una toalla.

ENCENDER LAS VELAS (Jadelaket)

Cuando la casa y los participantes están limpios ceremonialmente, la celebración del Seder puede comenzar. La mujer de la casa dice una bendición y enciende las velas de la Pascua.

HAGADA

Hagadá significa "contar la historia" de la Pascua. La historia se basa en la respuesta a cuatro preguntas hechas por los hijos. Una de ellas es: ¿Por qué ésta noche es diferente de todas las otras noches? El padre procede a contar la historia del éxodo de Egipto, leyendo del libro "el Hagadá" y usando símbolos y lecciones prácticas para mantener el interés de los más pequeños.

LA PRIMERA COPA DE VINO (Kadesh)

El Seder comienza recitando antes de tomar la primera de las cuatro copas de vino: "Bendito seas Tú, Adonai nuestro Dios, rey del universo, quien creó el fruto de la vid".

LA SEGUNDA COPA DE VINO (Mishpat)

La segunda copa es para que recordemos las diez plagas y el sufrimiento de los egipcios cuando endurecieron sus corazones contra Dios. De manera que no nos regocijemos por el sufrimiento de nuestros enemigos (Prov. 24:17), derramamos una gota de vino (lo cual es un símbolo de gozo) mientras recitamos cada una de las diez plagas, recordando de ese modo que nuestro gozo disminuye con el sufrimiento de los demás.

AFIKOMEN (Yajatz)

Una tradición muy curiosa aparece ahora. En la mesa hay una bolsa con tres compartimentos y tres pedazos de matzos (mazorcas). La matza del medio se saca, se quiebra y la mitad se pone de nuevo adentro de la bolsa. La otra mitad se envuelve en una servilleta de lino y se esconde, para ser sacado después de la cena.

EL PLATO DEL SEDER

Los rabinos han desarrollado una serie de lecciones objetivas para mantener la atención de los pequeños durante la celebración Pascua. Estas cosas son probadas por cada persona, mientras reciben la instrucción de sentirse como si estuvieran ellos huyendo de Egipto.

KARPAS

La primera cosa que se prueba son las karpas, normalmente perejil, el cual es un símbolo de vida. El perejil está sumergido en agua salada, un símbolo de lágrimas, y se come para que recordemos que la vida de nuestros antepasados fue "sumergida" en lágrimas.

BEITZAH

Un huevo (marrón) esta sobre el plato del Seder para que pensemos en el diario sacrificio quemado que no se puede ofrecer por falta del templo de Jerusalén. En la mitad del Seder de la Pascua la gente ve que no tienen la posibilidad de hacer un sacrificio que los justifique delante de Dios.

MAROR

Usualmente consiste en rábano picante picado y se come lo suficiente (con Matzo) para producir lágrimas. La idea es que no podemos apreciar la dulzura de la redención sin experimentar la amarga esclavitud.

JAROSET

El Jaroset es una mezcla dulce de manzanas picadas, nueces picadas, miel, canela y un poquito de vino rosado por el color. Esta mezcla dulce, marrón y pastosa es símbolo del cemento que nuestros antepasados usaron para construir ladrillos en la tierra de Egipto. ¿Por qué recordamos una experiencia tan amarga con algo tan dulce? Los rabinos tienen un buen discernimiento: aún la más amarga de las tareas puede ser dulce cuando se acerca la redención.

UN HUESO DEL CORDERO

En cada casa judía, en cada plato de Seder, hay un hueso de cordero sin carne. En el libro de Éxodo, los primogénitos judíos eran salvados del ángel de la muerte por la aplicación de la sangre de un cordero inocente, sin mancha, en los dinteles de sus puertas de esa manera Dios llevó el pueblo desde la esclavitud hacia la libertad.

LA CENA

¡Ah! A pesar de las maravillas de la tecnología moderna, todavía no podemos traerles la parte más memorable de la Pascua: la cena. ¡Exactamente como la abuela solía hacerla! Imagina: la sopa de pollo caliente; bollos de matzo; algún matza; rebanadas de pescado casero con rábano picante que te hace llorar; más matzo, hígado picado con cebollas fritas sobre lechuga; más matzo; ensalada; más matzo; más cebollas fritas; más matzo y esta es la entrada!

Después viene la cena: ¿puedes olerla? Un pecho de res tierna con repollo; más matzo; pollo saltado; pollo al horno; pollo estofado; pollo hervido; pollo asado; pollo cocido y más matzo; un pavo entero al horno, más matzo, chauchas cortadas con cebollas; más matzo; batatas; más matzo; puré de papas nadando en manteca y más matzo.

¿Están listos para el postre? Tienen que esperar, porque ahora es tiempo de continuar con el Seder.

BUSCAR EL AFIKOMEN (Pedazo de Matza)

Después de terminar con la cena, el líder del Seder permite que los chicos vayan a buscar el Afikomen envuelto en la servilleta de lino y escondido antes de cenar. La casa está en desorden mientras todos tratan de ser el primero en encontrar el Afikomen y ganar el premio que el abuelo paga. Cuando el líder recupera el Afikomen, él lo quiebra en pedazos y le da un trozo pequeño a cada persona sentada alrededor de la mesa. Hay judíos que no entienden esta tradición pero las tradiciones no tienen que ser entendidas - solamente seguidas. Sin embargo, muchos creen que los pedazos de Afikomen traen una vida buena y larga para aquellos que los comen.

LA TERCERA COPA

La tercera copa de vino se toma después de la cena. Es la copa de redención, para recordar el derramamiento de la sangre del cordero inocente que nos redimió de Egipto.

LA CUARTA COPA

La cuarta copa es la copa de "Hallel." Hallel en hebreo significa "adoración,"

LA COPA DE ELIAS

En cada mesa preparada para la Pascua queda un lugar vacío para Elías el profeta, huésped de honor en cada mesa de la Pascua. El pueblo judío espera que Elías venga en Pascua y anuncie la venida del Mesías (Malaquías 4:5). Por eso se prepara un lugar y se sirve una copa de vino y sus corazones esperan ansiosamente el regreso de Elías anunciando las buenas nuevas. Cuando la cena se termina se manda un chico a la puerta a abrirla y ver si esta Elías. Cada año, el chico regresa desanimado y el vino se derrama sin que nadie lo tome.

Nota: Christus Dominus es un blog Catolico , no hebreo ni judaizante.
Esto , sin embargo no escluye , incluir -como es el caso- menciones y/o explicaciones sobre tradiciones judias. De estas tradiciones provienen en gran parte la riqueza de la Iglesia y de la liturguia. Ademas la revelacion de Dios no es dividible en revelacion judia y revelacion cristiana.La revelacion es una y valida
-desde la venida de Cristo- para todos los pueblos.
Sirva esta entrada para mayor conocimiento de la tradicion del pueblo escogido , y como esta tradicion es asumida por Cristo , el cual le da el sentido que nosotros conocemos.

miércoles, 16 de abril de 2008

Cumpleaños del Papa en su primer Viaje apostolico a los Estados Unidos de America.



BIOGRAFÍA
DE SU SANTIDAD

BENEDICTO XVI

El cardenal Joseph Ratzinger, Papa Benedicto XVI, nació en Marktl am Inn, diócesis de Passau (Alemania), el 16 de abril de 1927 (Sábado Santo), y fue bautizado ese mismo día. Su padre, comisario de la gendarmería, provenía de una antigua familia de agricultores de la Baja Baviera, de condiciones económicas más bien modestas. Su madre era hija de artesanos de Rimsting, en el lago Chiem, y antes de casarse trabajó de cocinera en varios hoteles.

Pasó su infancia y su adolescencia en Traunstein, una pequeña localidad cerca de la frontera con Austria, a treinta kilómetros de Salzburgo. En ese marco, que él mismo ha definido “mozartiano”, recibió su formación cristiana, humana y cultural.

El período de su juventud no fue fácil. La fe y la educación de su familia lo preparó para afrontar la dura experiencia de aquellos tiempos en los que el régimen nazi mantenía un clima de fuerte hostilidad contra la Iglesia católica. El joven Joseph vio como los nazis golpeaban al párroco antes de la celebración de la Santa Misa.

Precisamente en esa compleja situación, descubrió la belleza y la verdad de la fe en Cristo; para ello fue fundamental la actitud de su familia, que siempre dio un claro testimonio de bondad y esperanza, con una arraigada pertenencia a la Iglesia.

En los últimos meses de la segunda guerra mundial fue enrolado en los servicios auxiliares antiaéreos.

De 1946 a 1951 estudió filosofía y teología en la Escuela superior de filosofía y teología de Freising y en la universidad de Munich, en Baviera.

Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1951.

Un año después, inició su actividad como profesor en la Escuela superior de Freising.

En el año 1953 se doctoró en teología con la tesis: “Pueblo y casa de Dios en la doctrina de la Iglesia en san Agustín”. Cuatro años más tarde, bajo la dirección del conocido profesor de teología fundamental Gottlieb Söhngen, obtuvo la habilitación para la enseñanza con una disertación sobre: “La teología de la historia de san Buenaventura”.

Tras ejercer como profesor de teología dogmática y fundamental en la Escuela superior de filosofía y teología de Freising, prosiguió su actividad docente en Bona, de 1959 a 1963; en Muñiste, de 1963 a 1966; y en Tubinga, de 1966 a 1969. En este último año pasó a ser catedrático de dogmática e historia del dogma en la Universidad de Ratisbona, donde ocupó también el cargo de vicerrector de la Universidad.

De 1962 a 1965 hizo notables aportaciones al Concilio Vaticano II como “experto”; asistió como teólogo consultor del cardenal Joseph Frings, arzobispo de Colonia.

Su intensa actividad científica lo llevó a desempeñar importantes cargos al servicio de la Conferencia Episcopal Alemana y de la Comisión Teológica Internacional.

En 1972, juntamente con Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac y otros grandes teólogos, fundó la revista de teología “Communio”.

El 25 de marzo de 1977, el Papa Pablo VI lo nombró arzobispo de Munich y Freising. El 28 de mayo recibió la Ordenación episcopal. Fue el primer sacerdote diocesano, después de 80 años, que asumió el gobierno pastoral de la gran archidiócesis bávara. Escogió como lema episcopal: “Colaborador. de la verdad” y él mismo lo explicó: “Por un lado, me parecía que expresaba la relación entre mi tarea previa como profesor y mi nueva misión. Aunque de diferentes modos, lo que estaba y seguía estando en juego era seguir la verdad, estar a su servicio. Y, por otro, escogí este lema porque en el mundo de hoy el tema de la verdad es acallado casi totalmente; pues se presenta como algo demasiado grande para el hombre y, sin embargo, si falta la verdad todo se desmorona”.

Pablo VI lo creó cardenal, con el título presbiteral de “Nuestra Señora de la Consolación en el Tiburtino”, en el consistorio del 27 de junio del mismo año.

En 1978, el Cardenal Ratzinger participó en el Cónclave, celebrado del 25 al 26 de agosto, que eligió a Juan Pablo I, el cual lo nombró su Enviado Especial al III Congreso mariológico internacional, que tuvo lugar en Guayaquil (Ecuador), del 16 al 24 de septiembre. En el mes de octubre del mismo año, participó también en el Cónclave que eligió a Juan Pablo II.

Fue Relator en la V Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos, de 1980, sobre el tema: “Misión de la familia cristiana en el mundo contemporáneo”, y Presidente delegado de la VI Asamblea general ordinaria, de 1983, sobre “La reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia”.

Juan Pablo II lo nombró Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y Presidente de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Teológica Internacional, el 25 de noviembre de 1981. El 15 de febrero de 1982 renunció al gobierno pastoral de la archidiócesis de Munich y Freising El 5 de abril de 1993, lo elevó al Orden de los Obispos, asignándole la sede suburbicaria de Velletri-Segni.

Fue Presidente de la Comisión para la preparación del Catecismo de la Iglesia católica, que, después de seis años de trabajo (1986-1992), presentó al Papa el nuevo Catecismo.

Juan Pablo II, el 6 de noviembre de 1998, aprobó la elección del cardenal Ratzinger como Vicedecano del Colegio cardenalicio, realizada por los Cardenales del Orden de los Obispos. Y el 30 de noviembre de 2002, aprobó su elección como Decano; con dicho cargo le fue asignada, además, la sede suburbicaria de Ostia.

En 1999 fue Enviado Especial del Papa a las celebraciones con ocasión del XII centenario de la creación de la diócesis de Paderborn, Alemania, que tuvieron lugar el 3 de enero.

Desde el 13 de noviembre de 2000 fue Académico honorario de la Academia Pontificia de las Ciencias.

En la Curia romana, fue miembro del Consejo de la Secretaria de Estado para las Relaciones con los Estados; de las Congregaciones para las Iglesias Orientales, para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, para los Obispos, para la Evangelización de los Pueblos, para la Educación Católica, para el Clero y para las Causas de los Santos; de los Consejos pontificios para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y para la Cultura; del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica; y de las Comisiones pontificias para América Latina, “Ecclesia Dei”, para la Interpretación auténtica del Código de Derecho Canónico y para la Revisión del Código de Derecho Canónico Oriental.

Entre sus numerosas publicaciones ocupa un lugar destacado el libro: "Introducción al Cristianismo", recopilación de lecciones universitarias publicadas en 1968 sobre la profesión de fe apostólica; "Palabra en la Iglesia" (1973), antología de ensayos, predicaciones y reflexiones dedicadas a la pastoral.

Tuvo gran resonancia el discurso que pronunció ante la Academia bávara sobre el tema “¿Por qué sigo aún en la Iglesia?”, en el que, con su habitual claridad, afirmó: “Sólo en la Iglesia es posible ser cristiano y no al margen de la Iglesia”.

Sus publicaciones fueron abundantes a lo largo de los años, constituyendo un punto de referencia para muchas personas, especialmente para los que querían profundizar en el estudio de la teología. En 1985 publicó el libro-entrevista “Informe sobre la fe” y, en 1996 “La sal de la tierra”. Asimismo, con ocasión de su 70° cumpleaños, se publicó el libro: “En la escuela de la verdad”, en el que varios autores ilustran diversos aspectos de su personalidad y de su obra.

Ha recibido numerosos doctorados “honoris causa”: por el College of St. Thomas in St. Paul (Minnesota, Estados Unidos), en 1984; por la Universidad católica de Eichstätt (Alemania) en 1985; por la Universidad católica de Lima (Perú), en 1986; por la Universidad católica de Lublin (Polonia), en 1988; por la Universidad de Navarra (Pamplona, España), en 1998; por la Libre Universidad María Santísima Asunta (LUMSA) (Roma), en 1999; por la Facultad de teología de la Universidad de Wroclaw (Polonia), en 2000.

¡FELIZ 81 CUMPLEAÑOS SANTIDAD!

jueves, 3 de abril de 2008

Tu es Petrus


Precioso video que relata los ultimos dias de Juan Pablo II y el inicio de Pontificado de Benedicto XVI.

TU ES PRETUS

martes, 1 de abril de 2008

Tercer Aniversario de la Muerte de Juan Pablo II


Hoy hace tres años el Señor llamó a sí al querido Papa Juan Pablo II.
Pidamosle a Dios para qque pronto lo veamos en los altares para Gloria de Dios.

Oremos:

Oh Trinidad Santa, Te damos gracias por haber concedido a la Iglesia al papa Juan Pablo II y porque en él has reflejado la ternura de Tu paternidad, la gloria de la cruz de Cristo y el esplendor del Espíritu de amor. Él, confiando totalmente en tu infinita misericordia y en la maternal intercesión de María, nos ha mostrado una imagen viva de Jesús Buen Pastor, indicándonos la santidad, alto grado de la vida cristiana ordinaria, como camino para alcanzar la comunión eterna Contigo. Concédenos, por su intercesión, y si es Tu voluntad, el favor que imploramos, con la esperanza de que sea pronto incluido en el número de tus santos. Amén.